Lo revelado por el congresista aprista Javier Velásquez Quesquén confirma que la fraternidad aprista sólo es una bonita frase para las tribunas. Demuestra también que al interior del viejo partido que nos gobierno se desarrollan luchas intestinas por mantener sus respectivas cuotas de poder. Pero lo preocupante es que se confirma también que esas intrigas se cocinan desde Palacio de Gobierno.
No es casual que Velásquez Quesquén haya dicho que las comprometedoras fotografías que tomó el tránsfuga Carlos Torres Caro estuvieron en manos de Luis Nava, nada menos que secretario general del Despacho Presidencial y hombre de absoluta confianza de Alan García, antes de que salieran publicadas en Caretas.
Velásquez Quesquén (nada menos que ex presidente de comisiones investigadoras) sabía muy bien que con esas declaraciones “se jalaba” a Nava al Congreso.
La pregunta es ¿cómo llegaron las ya famosas fotografías hasta Palacio de Gobierno? Torres Caro ha dicho que las imágenes se los robaron de su computadora personal, nada menos que en el Congreso de la República. Según esta versión, o Nava compra material fotográfico robado o tiene buenos amigos ladrones que se lo entregan gratis.
Lo cierto es que el ex nacionalista es un asiduo visitante a Palacio de Gobierno. Pepitas tiene conocimiento que su renuncia a la bancada nacionalista fue coordinada con Palacio. Nava precisamente fue el encargado de convocarlo a la Casa de Pizarro un día antes de que anunciara su alejamiento. Nava y Torres Caro ahora son amigos. Ya sabemos cómo actúan los tránsfugas respecto a sus nuevos jefes. Se convierten en instrumentos.
La jugada de Palacio es clarísima. Luego del anuncio amenazante de Lourdes Flores de impedir que Cabanillas permanezca en la presidencia del Congreso, había pues que “bajarse” a dos eventuales aspirantes a ese cargo. En Palacio creyeron que se bajaban dos pájaros de un solo tiro. Pero lo gracioso es que una vez más el tiro les salió por la culata, porque Velásquez Quesquén reaccionó pateando.
una fiera aprista
En el APRA, el parlamentario chiclayano mantenía una imagen “independiente”. Es decir, no era delcastillista, cabanillista, mantillista ni abiertamente alanista.
Es más, se podría decir que en algún momento se convirtió en un operador palaciego, es decir, coordinó como el bando alanista.
Obviamente, Velásquez Quesquén no se cree el cuento de que las imágenes fueron reproducidas sin su consentimiento de su laptop personal con una cámara de un celular.Sabe también que si Nava los tenía en su poder, Alan García estaba enterado de la existencia de las mismas. Nava es un conspicuo alanista. Al igual que Ricardo Neyra y Ricardo Pinedo. Este último era mantillista pero le volteó al llegar a Palacio y ahora es uno de los principales operadores de Alan García.
Por eso es que Velásquez Quesquén apunta hacia Palacio. Sabe que el golpe infraterno que recibió no es casual. La tapa de la olla de grillos ya se destapó. En los próximos días veremos sus consecuencias. Aunque hoy Alan García quiso poner orden y convocó a los líderes de los bandos apristas al mismísimo Palacio. Pero la disciplina de los compañeros también es sólo para las tribunas, porque cuando se trata de sobrevivir con una cuota de poder, las catacumbas se imponen.
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2 comentarios:
Estos desgraciados: Velásquez y el mitómano García; fueron los defensores de un grupete de ex -trabajadores de Cayalti ( que no quisieron arriesgarse a firmar las cartas de conciliación para sacar a Cayaltí de la miseria y atraso ). Ahora la empresa esta emergiendo y empieza a surgir, gracias a un convenio con COFIDE. Pero como los obstáculos nunca faltan, gracias a un fallo del corrupto poder judicial ( bajo el patrocinio de los arriba mencionados ), estos tipejos pretenden ingresar a la empresa. ayer hubo violencia en Cayaltí y si bien no se registró hechos que lamentar, en los pròximos dias intentarán el ingreso y es fácil imaginar las consecuencias. Velásquez como buen aprista, usó a la gente de esas localidades como "ganado electoral" ( hecho clásico y retiterativo en cada campaña política ), jugar con las necesidades de la gente, con sus ilusiones: Demagogía pura. Ahora pues el moralizador aparece en situaciones poco "usuales" para un representante del Gobierno. No juzgo su vida privada, es un ser humano como yo y tiene todo el derecho a divertirse. Pero nunca se debe olvidar algo, cuando se es una persona pública: "La mujer del César, no sólo debe ser honesta, si no también parecerlo".
O no es así "compañero" velásquez.
Cayalti te reclamará algún dia, la estúpidez que tú y el doctorcito hicieron.
El ladrón sabe quien tiene buena "merca". Sería bueno que pepitas nos ilustre sobre la limpísima y correcta trayectoria del Señor Secretario general de Palacio de Gobierno, dignísimo Luis Nava Guibert.
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