El fantasma de Pinochet persigue a Alan García

Según fuentes cercanas al presidente Alan García, cada vez que el mandatario tiene previsto realizar un viaje internacional, sencillamente entra en trompo. Se vuelve irascible, se acuesta más allá de las dos de la madrugada y entra en un cuadro de ansiedad absoluta. No lo calma ni una buena copa de vino blanco francés, que tanto gusta tomar.

Y no es que el Primer Mandatario de la Nacion padezca de un problema de aerofobia. Según pudo enterarse Pepitas.com la fobia que lo aqueja es de más alto vuelo. Tiene que ver con sus fantasmas del pasado: La posibilidad de ser enjuiciado en un tribunal internacional por crímenes de lesa humanidad es un verdadero dolor de cabeza que atormenta a nuestro jefe de Estado.

Por eso es que García toma todas las precauciones a su alcance en su afán de evitar "sorpresas desagradables", como las que ocurrió el mismo día que se reunía con Michelle Bachelet en el Palacio de la Moneda, cuando una jueza chilena decidió abrir un proceso penal en ese país por los cargos de violaciones a los derechos humanos cometidos en la masacre de El Frontón.

Si bien, ese proceso se archivó porque se venció un plazo de 30 días para que los denunciantes, en este caso dirigentes de un comité de refugiados peruanos en Chile, probaran que en Perú no había un juicio abierto por la matanza de alrededor de 300 presos.
Ahora la cosa es distinta. Hace poco, la justicia peruana decidió, entre gallos y media noche, retirar del proceso penal a Alan García. Es decir, en su caso, ya concluyó la instancia nacional y queda expedita la vía supranacional.


Según nuestras fuentes, esa sería una de las razones por la que García decidió postergar su visita al Ecuador. Inteligencia de La Marina habría detectado "movimientos" y "coordinaciones" entre organizaciones defensoras de los derechos humanos de ese país y del Perú.

Como se sabe, García sólo viajará por un día a Colombia este miércoles. La gira presidencial inicial también incluía Quito.

Según pudo investigar Pepitas.com, los abogados apristas le habrían advertido a García que ni se le ocurra viajar a Europa. Obviamente, mucho menos a Londres o España. El fantasma de Pinochet está todavía cercano. Aunque también algunos asesores habrían intentando calmarlo con el argumento de que por su condición de jefe de Estado en ejercicio estaba amparado por una inmunidad y, por lo tanto, para que se haga efectiva cualquier orden de detención, previamente se requería el pronunciamiento del Congreso de la República.

Pero el argumento de las organizaciones internacionales de derechos humanos es contundente. "La inmunidad que pueda tener García no se refiere a hechos anteriores a su elección como presidente”.

Y los crímenes de lesa humanidad -que tienen competencia internacional- que se le atribuye a García ocurrieron en entre 1985 y 1990.

Y a todo esto, la segunda vicepresidenta Lourdes Mendoza del Solar es la más feliz. Seguirá viajando solita por todo el mundo en representación de García Pérez y Giampietri.
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